Una bomba en el barco, un nuevo personaje, sangre no identificada, una confesión de Vilma..y mucho más.
Mientras tanto, Ramiro también está luchando por sobrevivir. Gamboa piensa que le ha traicionado al construir, sin consultarle, una baliza de seguimiento para anillársela al pato. No piensa consentir las insubordinaciones y sabe cómo evitar que vuelvan a producirse: matando a Ramiro, que tras una paliza mortal se irá desangrando internamente, sin dejar marcas. Moribundo e indefenso, Ramiro convence a Gamboa para que le de una nueva oportunidad, todavía puede desactivar el mecanismo de rastreo. Tiene 8 horas para cumplir su promesa.
Piti, ajeno al peligro real que corren, está obsesionado con los extraños ruidos que se escuchan en el barco y que no le dejan conciliar el sueño. Sigilosas pisadas, el sonido de algo pesado que se desliza por el suelo y un desagradable eco metálico que, para él, sólo pueden indicar que una presencia fantasmal ronda los pasillos del Estrella Polar. Piti decide seguir la pista de esos sonidos con la ayuda de Valeria, que desaparece misteriosamente durante el transcurso de la investigación
A punto de saltar por los aires y con un nuevo tripulante, el Estrella Polar celebra que hace dos meses que zarpó de puerto. Tal día como este estaba previsto que terminara la misión científica y educativa que tenían encomendada y todos ellos podrían regresar a sus casas, con sus familias y seres queridos. Ahora, todos sus tripulantes se conforman con sobrevivir un día más y comprobar que nuevo misterio les depara el mañana.
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